Nada Que Ver

Nada Que Ver

Share this post

Nada Que Ver
Nada Que Ver
‘Black Mirror’ nunca fue sobre tecnología, fuimos nosotros quienes la hicimos así

‘Black Mirror’ nunca fue sobre tecnología, fuimos nosotros quienes la hicimos así

Nada Qué Ver 👁📺 donde hablamos de cine, series y otras cosas.

Alan
abr 18, 2025
∙ De pago

Share this post

Nada Que Ver
Nada Que Ver
‘Black Mirror’ nunca fue sobre tecnología, fuimos nosotros quienes la hicimos así
Compartir

Durante años, nos convencimos de que Black Mirror era una advertencia. Que cada episodio nos gritaba lo mismo: “¡cuidado con lo que haces con tu celular!” Como si la serie fuera una especie de conciencia digital, un oráculo moderno que nos regañaba por ver demasiadas pantallas o compartir de más en redes sociales. Pero eso nunca fue lo más importante.

Recuerda que este boletín lo hacemos pensando en ti. Si quieres estar al tanto de todos los estrenos en streaming y este tipo de conversaciones incómodamente sabrosas, suscríbete por solo $20 varitos 💸. Así apoyas este proyecto y te ahorras el scroll infinito.

Compartir

‘Black Mirror’: El espejo no era la pantalla, era uno mismo

La tecnología en Black Mirror siempre fue un medio, no el mensaje. Un marco narrativo que servía para mostrar algo más inquietante: lo que estamos dispuestos a hacer cuando nadie nos está mirando. Y aún peor: lo que estamos dispuestos a justificar cuando todos están mirando.

Pero con el paso de las temporadas, la serie se volvió más literal, más enfocada en la tecnología misma que en lo que revela de nosotros. Empezaron a aparecer episodios más interesados en la estética futurista, en los dilemas de la inteligencia artificial, en giros espectaculares que buscaban impacto más que incomodidad. El espejo negro dejó de reflejarnos para convertirse en un gadget, en un dispositivo de entretenimiento distópico que parecía decirnos: “esto es lo que pasará si no apagas tu celular”.

¿Ya checaste esto? Black Mirror nos manipuló otra vez: hay dos versiones del mismo episodio y nadie se dio cuenta, ¿cuál te tocó a ti?

Conforme Black Mirror se volvió un fenómeno global, también se volvió más superficial. El “espejo negro” que antes mostraba lo oscuro del alma humana se convirtió, para muchos, en la pantalla de un celular. Dejó de importarnos el reflejo y empezamos a fijarnos en el marco. Y en lugar de preguntarnos por qué nos sentíamos incómodos con lo que veíamos, empezamos a preguntar si “esto podría pasar con la IA” y la tecnología en general.

Y no es que esté mal experimentar. Black Mirror tenía todo el derecho de probar cosas nuevas. El problema fue que perdió su filo incómodamente moral, esa sensación que nos dejaba pensando horas después del final. En vez de provocar reflexión, empezó a ofrecer moralejas. En lugar de ambigüedad, respuestas simples (o peor aún, completamente absurdas bajo la excusa de un ‘final abierto’). El castigo dejó de tener matices y se volvió castigo por castigo. Los personajes, antes profundamente humanos incluso en sus peores actos, se volvieron arquetipos: víctimas, villanos o mártires tecnológicos.

Eso explica por qué tantas personas empezaron a sentir decepción con las temporadas recientes. Porque los episodios ya no hablaban de nosotros, sino de “la sociedad en general”. Porque ya no nos hacían preguntas, sino que nos daban sermones. Y porque cuando el centro de la historia es un aparato, no un impulso humano, la serie pierde lo que la hacía tan perturbadora.

Quizás, uno de los mejores caps de la temporada 7: ¿Y si todo fue mentira? Una teoría asegura que este episodio de Black Mirror nunca sucedió en realidad

Esa confusión fue lo que hizo que algunas temporadas se sintieran decepcionantes. No porque la serie cambiara del todo, sino porque nosotros cambiamos la forma en que la interpretábamos. Queríamos predicciones tecnológicas, teorías futuristas, gadgets imposibles. Pero Black Mirror nunca trató de adivinar el futuro, sino de torcer el presente hasta que se volviera irreconocible.

Por eso vale la pena decir que la séptima temporada parece tener algo diferente. Aún no podemos asegurar que sea un regreso a la forma, pero hay algo en su tono, en los temas que aborda y en la forma en que vuelve a poner al ser humano al centro, que recuerda lo mejor de sus orígenes. Hay una intención de volver a explorar la oscuridad que no necesita algoritmos ni pantallas para existir. Porque lo verdaderamente aterrador nunca fue el dispositivo, sino lo que elegimos hacer con él.

Lo interesante es que la nueva temporada, al menos en lo que promete hasta ahora, parece estar retomando parte de esa esencia original. Más sátira social, más crítica a lo institucional, más humanidad incómoda. No es una vuelta total a lo que fue, pero sí un recordatorio de lo que Black Mirror podía ser cuando no intentaba darnos lecciones sobre teléfonos, sino sobre poder, culpa y castigo.

El “espejo negro”, al principio, no era una pantalla, sino una metáfora de lo que somos cuando nadie nos vigila o, peor aún, cuando todos lo hacen. Con el tiempo, lo reducimos a eso: a la imagen de un celular apagado, a una advertencia estética y superficial. Pero si Black Mirror logra volver a ese núcleo incómodo y complejo —el de nuestras propias contradicciones—, entonces todavía hay algo que ver en ese reflejo.

A continuación: Recomendaciones similares a Black Mirror (pero no las películas y series convencionales, sino verdaderas historias para sentirse incómodo):

Esta publicación es para suscriptores de pago.

¿Ya eres suscriptor de pago? Iniciar sesión
© 2025 Cultura Colectiva
Privacidad ∙ Términos ∙ Aviso de recolección
Empieza a escribirDescargar la app
Substack es el hogar de la gran cultura

Compartir