Cuando vi a Carmy en 'The Bear', me vi a mí (y eso no es bueno)
NQV 👁📺 donde hablamos de cine, series y otras cosas.
Hay series que te entretienen, otras que te conmueven, y unas pocas que te desarman sin pedir permiso. The Bear es de esas. Y si soy sincero, no fue la cocina lo que me atrapó. Ni los planos secuencia, ni la tensión que se corta con cuchillo. Fue Carmy. Ese tipo que parece tener todo bajo control, pero no realmente. Que durante años mantuvo el freno de mano en su mente. Que brilla porque lo necesita, no porque lo disfrute. Que vive como si el perfeccionismo fuera un salvavidas, cuando en realidad es solo una forma más elegante de ahogarse.
Carmy y ‘The Bear’ me hicieron ir a terapia (y lo agradezco)
Durante mucho tiempo me negué a reconocerlo, pero cada vez que lo veía, sabía que me estaba viendo a mí mismo. No porque sepa cocinar (spoiler: sí sé, luego lxs invito a a comer), sino porque entiendo lo que es vivir con esa voz interna que te dice que si no sobresales, no vales. Que si no das más que ayer, entonces estás fallando. Que si aflojas tantito, todo se va a caer. Esa voz que no te grita, pero no para de hablar.
Y lo más duro no es ver a Carmy colapsar. Lo verdaderamente doloroso es verlo seguir funcionando, como si no pasara nada. Como si no llevara encima un cuerpo agotado, un cerebro saturado y un corazón que hace tiempo dejó de latir tranquilo. Porque así andamos muchos: cumpliendo, produciendo, aplazando el derrumbe con la esperanza de que el día se termine antes de que todo explote. A mí también me pasó. Y por eso, después de ver esa temporada con el estómago en la garganta, tomé una decisión que venía aplazando desde hace mucho: fui a terapia.
No fue un gran momento de claridad. No hubo epifanía. Lo que hubo fue cansancio. Lo que hubo fue miedo. Una sensación tan fuerte de estar a punto de romperme, que preferí rendirme antes de terminar hecho pedazos. Y en ese rendirse —que también es un verbo muy mal entendido— encontré una pausa. Una forma de empezar a entenderme sin exigirme más.
Porque The Bear no va solo de cocina. Va del dolor que se hereda en silencio. De lo que no se dice. De cómo aprendemos a funcionar desde el trauma como si fuera algo natural. Y sí, a veces lo que más necesitamos no es una solución, sino una excusa para hablar. Una serie, un personaje, una escena que nos diga: no estás solo. Que está bien cansarse. Que está bien llorar. Que está bien parar un rato, aunque nadie más lo haga.
Si tú también te has sentido así —agotado, insatisfecho, solo aunque todo “parezca estar bien”—, tal vez este sea un buen momento para hacer algo por ti. No algo que puedas presumir. No algo que te haga más productivo. Algo tuyo. Algo que te devuelva, aunque sea poquito, el derecho de estar en paz contigo.
Y por si sirve decirlo: todo eso que me hizo sentir como Carmy, fue hace años. Hoy estoy bien. Realmente bien. Porque un día decidí ayudarme y no me solté. Porque busqué apoyo y me lo permití. Porque encontré personas que me ayudaron a entender que está bien no estar bien todo el tiempo, a que yo también merezco ser consentido y recibir amor. Porque entender que algo te duele es solo el primer paso —pero no el último— hacia un lugar más habitable.
Y me encantaría que ese paso, si aún lo tienes pendiente, también lo pudieras dar tú.
No para dejar de ser tú. Sino para, por fin, poder ser tú… sin que duela.
Series y películas que también me desarmaron (para bien)
No son solo tristes. Tampoco son de esas que te hacen llorar nada más porque sí. Estas historias te tocan algo que ni sabías que estaba ahí. A veces es una frase, a veces una escena que parece inocente y de pronto—pum—ya estás llorando en silencio a las 2 a.m. No porque te rompieron, sino porque te abrieron una puerta. Porque entendiste algo de ti. O de alguien que ya no está. O de algo que dolía y no sabías cómo nombrar. Esta pequeña lista no te salva, pero acompaña. Y a veces eso es más que suficiente.
The Worst Person in the World
Disponible en: Prime Video
Una historia sobre crecer tarde, elegir mal y sentir que todo lo que haces es provisional. Julie cambia de carrera, de pareja y de ciudad buscando algo que nunca termina de llegar. Y en ese proceso, te rompe con pequeñas verdades que preferías no escuchar.
Past Lives
Disponible en: Netflix
¿Qué pasa con ese “hubiera” que dejamos ir? Esta historia de reencuentros, migraciones y amores imposibles no necesita exagerar para doler. Basta una conversación tranquila, una mirada contenida, un silencio incómodo… y ya estás llorando.
Robot Dreams
Disponible en: Prime Video
Una película animada que parece para niños, pero habla directamente a los adultos que ya se han sentido abandonados. Lo que empieza como una historia tierna sobre amistad entre un perro y un robot, se convierte en una reflexión brutal sobre el olvido, la soledad y la imposibilidad de volver a lo que fue.
La habitación (Room)
Disponible en: Star+
Brie Larson interpreta a una mujer que vive encerrada con su hijo en una pequeña habitación, intentando hacer de ese encierro un mundo. Pero lo más fuerte no es la claustrofobia, sino lo que viene después: intentar adaptarse a un mundo libre cuando por dentro sigues atrapada.
Close
Disponible en: MUBI
La amistad entre dos niños se vuelve tan intensa y frágil como el hielo que los rodea. Es una película sobre el duelo, la masculinidad, el miedo a ser distinto… y sobre cómo lo no dicho puede pesar más que cualquier grito.
Un año, una noche
Disponible en: Filmin
Basada en una historia real: una pareja sobrevive al atentado en la sala Bataclan de París, pero la vida después es lo que realmente los quiebra. Una reflexión sobre el trauma, el tiempo, y cómo cada quien encuentra su propia forma (o no) de seguir adelante.
Somebody Somewhere
Disponible en: HBO Max
Una de las series más honestas y entrañables sobre cómo es crecer cuando ya creciste. Sobre lo difícil que puede ser vivir en tu propio cuerpo, en tu propia ciudad, en tu propia tristeza. Y aún así, cómo el afecto puede aparecer en los lugares más insospechados.
A Ghost Story
Disponible para rentar
Un hombre muere, pero su fantasma se queda, viendo pasar el tiempo y a su esposa desde la misma casa que compartieron. Una película lenta, contemplativa, que parece sobre el duelo pero en realidad es sobre el tiempo, la permanencia y lo insignificante que podemos llegar a ser.
Aftersun
Disponible en: MUBI
Una hija recuerda las vacaciones con su padre, tratando de entender lo que él nunca dijo. Una película que parece liviana pero es devastadora en su sutileza. Te deja con el pecho apretado y muchas preguntas que nunca se hacen en voz alta.